01:
Estoy devastado. Llevaba tiempo dándole vueltas al asunto. Pero hoy me alcanzó un relámpago de lucidez bastante doloroso. Está clarísimo. Sé que escribiré algunos libros en mi vida... nada del otro mundo. Pero jamás podré acariciar con ellos siquiera la tercera parte del sublime poder expresivo que posee la Música. Escucho el Cuarteto No. 2 de György Ligeti, interpretado por Irvine Arditti y compañía (recomendación de Marisol Jiménez). El goce inmenso se traduce en pasmo, el pasmo frustración, la frustración en llanto y el llanto en rabia.

02:
Leo Al sur de la frontera, al oeste del sol, del genial Haruki Murakami. No cabe duda que todos y todas somos portadores pasivos del mal. Andamos por la vida sin ser conscientes del inmenso daño que podemos hacerle a otras personas. Los seres humanos poseemos la capacidad nata de herir, de herir como ningún otro animal puede hacerlo. Herir de muerte sin el menor esfuerzo. Sólo cruzar una mirada... una palabra... y habremos destrozado una vida.

03:
Desconozco, sin embargo, la oscura cartografía sobre la que se entretejen nuestros destinos, la dirección, los raíles sobre los que nuestras vidas han de ir aferradas sin volver el camino, sin importar que de costado o de frente nos embistan las eventualidades más crueles labradas en la madera de la injusticia: el derrotero está trazado; avanzamos a ciegas y no podemos, no tenemos modo terrenal de saber qué o quién se cruzará, aun hoy mismo, sobre nuestra frágil marcha y con qué intenciones. Nuestros destinos se embrollan paulatinamente en una madeja de la que somos parte indispensable, una obra de maquinaria milimétrica en la que ni una sola pieza ha de fallar, una sinfonía homérica. Siendo así, ¿cómo dominar siquiera el peso específico que tendrán nuestros actos de este día sobre la hilaza de los destinos de otros y de otras? Imposible; para bien o para mal.

04:
Nuestro gran poder radica en la libertad de tomar decisiones. Somos la síntesis del obraje del total de las decisiones que hemos tomado a lo largo de nuestras vidas.

05:
¿Y el amor?