manifiesto.01

Escuchad los sonidos de mi época. Su brutalidad. Su estridencia. Su apatía. Su candor. Juro que nunca he encontrado belleza y espanto tan sobrecogedores como lo suyos. Hoy elijo que ella me arrope como una madre amorosa en su calor vivificante, que retire con su boca los restos de mi placenta, que me libe de pies a cabeza mientras yo la libo a ella, que me susurre al oído mientras inmolo a mi padre y que después lave de mis manos su sangre con leche y laurel. Elijo vivir con ella en este amasiato urgente, vivir precisamente de esta urgencia que me consume. Vivir con ella con una entrega incondicional, con la impaciencia, el ardor y la pasión desmedidos que nunca antes le he entregado ni le entregaré a nada ni a nadie, ni en el lecho, ni en la filiación, ni en la camaradería. Elijo profesarle toda mi fe y erguirle una catedral todos los días. Elijo serle fiel aunque con ella ande en tinieblas, me imponga anteojeras y me entorpezca el habla con su mordaza (¡y bien que lo hace!). Elijo apostar todo por ella sin reserva, recelo o arrepentimiento. No me importa que mañana levanten el dedo para juzgar mi albedrío, nuestro incesto. Elijo morir cuando ella muera. Esto es lo que elijo. Ésta es mi época.

-T.M.