: tantra



Shiva dijo que el sexo es la energía básica. El Tantra la aprovecha, la transforma. En el instante del amor, el pasado y el futuro no existen. El amor te abre al infinito, a la eternidad de la existencia. Cuando hablamos del Tantra, nos referimos a una palabra del sánscrito que bien podría trasladarse en nuestra lengua como “el culto a la Diosa” o “el culto a la Divina Madre”. El Tantra es una de las tres escuelas más importantes del hinduismo, junto al Shivaísmo y el Vishnuísmo. Tantra es una revolución interna por medio del sexo. Es despojarse de tabúes, moralidades y prejuicios para crear un espacio interno e incubar en él la verdad infinita y atemporal. Tantra es sublimación. Tantra es rebelión. Primero reconoce ser esclavo, reconoce cuáles son sus ataduras y las rompe para ser libre. Por eso quien ha comprendido su verdadera naturaleza no puede ser subyugado a ninguna voluntad dogmática, ni política, ni religiosa. Esta rebelión sólo se alcanzará cuando Shakti y Shiva logren despertar la energía kundalini mediante su unión sagrada, mediante la maithuna. Las dos escuelas más importantes que buscan este objetivo son dos. Una es la vía del Vamacara (“vía de la mano izquierda”), donde los ritos alcanzan frecuentemente el exceso sexual. La otra es la vía del Daksinacara (“vía de la mano derecha”), que muestra una total devoción a la Divina Madre. Tantra es vivir el amor sin el miedo a perderlo, trascender lo superficial y lo aparente. El Tantra, en un mundo androcéntrico, es un culto a lo femenino, a la mujer y a su capacidad de amar. Shakti representa todos los principios activos del poder femenino. No en vano Shiva tomó en cierta ocasión forma de mujer para poder complacer totalmente a otra mujer, Parvati. En el Tantra, la mujer (y su capacidad multi-orgásmica, que en todo caso la hace superior al hombre) es la pasión misma, la energía creadora, que debe encontrar a su Shiva interior, su templanza, para emprender después la búsqueda de su Shiva exterior, su alma gemela.


Shiva dijo también que cuando haces el amor, estás haciendo el amor con tu propia existencia. El otro es solamente una puerta al todo. En el amor tienes una posibilidad natural de rendirte. Ríndete y siéntelo. Entonces deja que se extienda a todas las dimensiones de tu vida.

(c) Tryno Maldonado
Revista Complot