: mercado la liberal,
lópez el moralista


A lo largo de una semana el noticiario de Televisa con López Dóriga (a quien nunca he entendido por qué dejan aparecer borracho al aire), fueron entrevistados los cuatro candidatos a la presidencia de México. A todos ellos se les formuló una batería de preguntas muy precisas para ser respondidas a la mayor brevedad posible de tiempo. Temas que hasta ahora habían sido eludidos de la agenda, fueron abordados de manera directa: aborto, matrimonio homosexual y eutanasia. La idea del planteamiento de estas preguntas, quiero suponer, fue elaborar una suerte de resumen las posturas ideológicas de cada candidato(a). Algunas respuestas eran de esperarse, como las de Felipe Calderón, que se mostró siempre congruente conforme a las ideas moralistas y de fuerte injerencia religiosa de su partido, siempre de manera tajante: “defender la vida”, no al aborto, no a la unión homosexual, no a la eutanasia por ningún motivo. Roberto Madrazo, por su parte, se dejó ver sumamente evasivo y optó por no comprometerse con nada, respondiendo a todo con un claro “lo que marque la ley”, y de ahí fue imposible sacarlo. Una postura timorata y pusilánime más que cautelosa, me parece. Mientras que Patricia Mercado se mostró contundente en relación a los ideales de la izquierda moderna que representa: sí al aborto y al derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, sí a la unión entre personas del mismo sexo y a las sociedades de convivencia, sí a la legalización de las drogas y sí a la muerte asistida. Bien por Mercado, que fue la que se vio más lúcida entre los cuatro candidatos.

Lo que me sorprendió de veras, fue escuchar cómo respondió a este mismo cuestionario el candidato López Obrador, quien supuestamente representa al partido de izquierda más fuerte del país, el PRD. Las respuestas de López Obrador me desconcertaron por su profunda moralidad y su enorme apego a la religiosidad católica. Siendo de izquierda (como él presume, la verdad yo no le creo ya nada), hizo una negativa firme al aborto. Sus respuestas estuvieron muy cercanas a las que dio en su oportunidad el candidato de derecha, Felipe Calderón, y aún más cercanas al Secretario de Gobierno, Carlos Abascal, quien es conocido por promover la moral religiosa cada vez que tiene oportunidad y empuercar al Estado con ella. Pero no nos extrañemos: hay que recordar que ya López Obrador en su tiempo mostró su espíritu reaccionario cuando contribuyó a frenar cobardemente una iniciativa de ley tan importante como la de la Ley de Sociedades de Convivencia en el 2003 (esto en teoría debería granjearle automáticamente el desapoyo de toda la comunidad gay, por ejemplo, que no está representada por esta supuesta izquierda). Es muy importante recordar esto, pues en nuestro país las familias “tradicionales” son las menos, y otro tipo de familias como las homosexuales o monoparentales (por no hablar de cualquier otra cantidad de grupos de personas que conviven bajo un mismo techo) son las que conforman la mayoría en esta sociedad, aunque siempre de manera informal; negarles los derechos civiles como institución es a estas alturas una postura retrógrada y reaccionaria que sólo podría esperarse de la derecha más persignada, no de un candidato que pretende enarbolar el ideario de la izquierda. De verdad espero que la postura de AMLO no sea un reflejo de la de todos los miembros de su partido pues, de ser así, no quisiera imaginarme un Congreso donde el PRD fuera mayoría. Ojalá exista en este caso una frontera clara entre lo que concierne a lo público y lo privado. López Obrador y el PRD, de cualquier forma, cayeron hoy finalmente de mi gracia. ¡Amén!