: censura e hipocresía en zacatecas


A nadie le importará este post. Pero aquí va de todas maneras. Hace unos años, cuando contaba yo con escasos 21, me atreví a decir en una mesa redonda lo siguiente: "Hablar de nueva literatura en Zacatecas es tan ocioso como hablar de serpientes en Islandia, pues ninguna de las dos cosas existe". Acto seguido, fui retado a los golpes por varios escritores locales (de supuesto renombre y de sospechoso aliento alcohólico). Luego vino el escarnio público. Más tarde el veto en todas las publicaciones y suplementos locales. Luego el cotilleo a mis espaldas hasta la náusea. La cosa sigue igual hasta la fecha y, si he de serles sincero, muy poco me importa. Qué tristeza que tanta gente gaste sus energías en tan poca cosa.

Lo que me tiene molesto es lo siguiente. Sucedió que hace unas semanas mi querido amigo Joel Flores (que cuenta casualmente con 21 años) se atrevió a poner en entredicho la supuesta salud de las nuevas letras de la localidad. ¿El resultado? La censura. El cese injustificado de su columna semanal en el diario El Sol de Zacatecas. El escarnio. Y las amenazas francas y las timoratas, a manera de anónimos o de manera directa, en la escuela, en la calle... Y eso que él fue mucho más político que yo... Lo único que hizo fue proponer abrir el diálogo y una crítica literaria objetiva en este rancho. Ante la descarada censura de este medio conservador hasta las cachas, el de Zacatecas, el buen Joel ha optado por lo más sano: abrir su blog.

No sé... De veras no sé por qué presiento que se quieren cobrar una deudilla pendiente. ¿Qué pasa? Ahí está mi mail. ¿No saben leer? ¡Qué güeva me da toda esa gente mediocre que se ensaña con los más jóvenes sólo para ventilar sus frustraciones!

Aquí reproduzco un texto que Joel acaba de postear:


Nuestros narradores jóvenes y el costo de hablar de ellos

"El año pasado, en noviembre, abrí mi columna “kid a” (que pronto llegaría a su desaparición) en el suplemento del Sol de Zacatecas. Tenía meditado dedicarla a promover las novedades literarias tanto nacionales, internacionales y de nuestro pueblo. En realidad quería hablar de mis libros favoritos y los no favoritos. Para inaugurar la columna publiqué el artículo que leerán después de esta introducción, luego publiqué otros más, leí mucho y fui feliz, relativamente. Llegado el 2006 (tenía muchos planes y quería seguir siendo feliz), pero entre otras cosas, llegaron al periódico varias cartas firmadas con seudónimo en mi contra que polemizaban con este texto y terminaron con mi felicidad (esto también es relativo), lo de la felicidad aclaro. Sería bueno, para que tuvieran la nota completa, darles espacio en el bUNKER pero las perdí. Pero aquí no termina la historia, apenas comienza. Mejor reproduzco el artículo y ustedes juzguen por sí mismos. Tienen todo el derecho. El desenlace de esta maraña lo encontrarán un artículo más abajo, que, les adelanto, me costó varias enemistades, una pelea en un camión de la Ruta 14, otro en una biblioteca pública y mi empleo como columnista."

-Joel Flores