: ¡adiós, gyorgy!


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Cuando oí la mala noticia en la radio no lo podía creer. Pensé que Ligeti era de esos personajes con los que uno crece y que siempre están allí. Esa cosa extraña, ese sentimiento de filiación que me unía a él a través de su música fue lo que casi me provoca el llanto cuando escuché la noticia. Luego de años de combatir contra una cruenta enfermedad, Gyorgy Ligeti murió el día de ayer en Viena, a los 83 años.

Ligeti nació en Transilvania en 1923, en el seno de una familia judía húngara de habla alemana, hecho que habría de marcar su vida. En 1943, fue recluido y sentenciado por los nazis a realizar trabajos forzados. Su familia, salvo él y su madre, fue aniquilada en el Holocausto.

Completó sus estudios musicales luego de terminada la guerra y se integró al cuerpo docente del conservatorio de Budapest. La invasión soviética a Hungría, en 1956, lo impulsó a abandonar su país y marchó hacia Viena. "Mi vida durante la época nazi y el comunismo estuvo llena de riesgos. Creo que eso se refleja en mi música. Ese sentimiento permanece". Desde entonces residió en Austria y, lejos de los condicionamientos que imponía el régimen húngaro, se aproximó con tanta creatividad como recelo a las corrientes más vanguardistas que tenían su epicentro en Darmstadt.

Según Paul Griffiths, la vida creativa de Ligeti desde su establecimiento en Viena puede ser dividida en dos etapas de significaciones diferentes, la primera de las cuales es la que se extiende hasta la composición de su ópera "Le gran macabre", concluida en 1977. Durante esas dos décadas, se incorporó al estudio de música electrónica experimental de la Radio de Colonia y trabajó en forma estrecha con otras figuras de la vanguardia, como Boulez, Stockhausen y Nono. Su primer gran reconocimiento lo obtuvo en 1961 con "Atmosphéres". De aquel tiempo, entre muchísimas más, también fueron "Réquiem", la mencionada "Lontano", "San Francisco Polyphony", el "Concierto de cámara para 13 instrumentos" y "Nouvelles aventures". Desarrollando algunas de las técnicas más originales de la historia de la música occidental del siglo XX, Ligeti alcanzó, entre muchas otras cosas, lo que se ha dado en llamar la composición de áreas de sonido.

Adiós a uno de los artistas más originales, brillantes y sensibles del siglo XX.






Gyorgy Ligeti, Poema sinfónico para 100 metrónomos