: ¡te amo tanto, sophie!
¡Aleluya! ¡Sophie Auster ya tiene 18 años! Lo que, además de un maestro, convierte a partir de ahora a Paul Auster en suegro. ¡Bah! Bueno, eso quisiera yo... No me hagan caso. Ejem... El punto es que Sophie Auster lanza este año su primer CD, autotitulado y grabado cuando apenas tenía 16 años, acompañada por la banda One Ring Zero (que de manera independiente cuentan con un proyecto de canciones con letras de Margaret Atwood, Dave Eggers, Myla Goldberg, A.M. Homes, Rick Moody y otros). Hace rato que había buscado el álbum, pero apenas ahorita el Pire generosamente me lo ripeó. No sabía qué esperar. Las rolas son de instrumentación rudimentaria, todas melosas, todas downtempo, y van desde lo folk gringo a la Tom Waits y la chanson francaise pop (a mi gusto, es en “Le Pont Mirabeau” y “The Swimmer” donde más luce la voz de Sophie), hasta un pastiche de baladita de rock cincuentera. El timbre de la voz de Sophie es muy cálido y a veces incluso bien educado; recuerda a Paula Cole con esteroides, pero se nota a leguas que aún le falta dar mucho más de sí para forjar una personalidad propia como intérprete y terminar de comprobar que no es sólo la-hija-de-una-estrella-de-la-literatura-contemporánea. Aunque la música es del dueto One Ring Zero, un dato curioso es que las letras de las canciones están compuestas tanto por Sophie como por su padre, además de algunos poemas franceses traducidos también por papi. Así, en el disco encontramos una rolita compuesta por Paul Auster, seguida por otra de Tristan Tzara, Robert Desnos o Guillaume Apollinaire. Veremos cómo progresa la carrera de Sophie Auster. Por lo pronto debe terminar la prepa antes de pensar en cualquier otra cosa. Mientras tanto, en estos días nuestra querida Auster está actuando como una especie de Lolita en la nueva cinta que dirige Paul Auster en Portugal: The inner life of Martin Frost. ¡Te amamos tanto, Sophie...!
Los Auster en París, 2006. ¡Qué bonita familia, qué bonita familia!