: maja ivarsson




¿Serán sus largas y torneadas piernas, sus micro-vestidos y sus sandalias de tacón? ¿Serán sus violentas patadas de kung-fu en el escenario y sus pasitos new-wave al estilo Deborah Harry cuando baila? ¿Será su peinado a lo cyber-punk? ¿Será esa sucia aura de desamparo y de malicia que tomó cuando regresó de las drogas para contarlo luego de que su mejor amiga se muriera de un pasón en ese mismo viaje? ¿Serán sus ojos de gato y su cabello albino de reina del hielo? ¿Será su actitud rompe-madres a pesar de su corta estatura y poco peso que le hacen al más bragado querer estar cuando menos a tres metros de distancia a riesgo de salir con varios huesos fracturados si uno intentara ligársela? ¿Será cierto je-ne-sais-quoi que me hace orgasmarme cada vez que pongo sus discos desde hace dos años, día tras día? No lo sé. Rockstar mata todo. Y Maja Ivarsson mata rockstar. Maja, amig@s mí@s, es una diosa escandinava y yo le profeso una fe incondicional y le soy fiel como un perro.

Como diría una de sus primeras rolitas: Something sweet and something strong / Seems like love no longer can turn me on / Like the girls in suits and those pretty boys / I gave my heart to rock'n'roll!!




The Sounds, Painted by numbers, 2006.