: dylan y the doors en zacatecas
Ok... aquí voy de aguafiestas otra vez. Pero es que no me puedo quitar de la cabeza esta pregunta: ¿Cómo puede un festival cultural organizado por el estado de un par de ediciones a las siguientes pasar de eventos del nivel de Enrique Guzmán y Angélica María a eventos de la talla Bob Dylan, The Doors, Gloria Gaynor y Eddie Palmieri? Obviamente no gracias a una refinada sensibilidad artística de parte de sus funcionarios, pues ambos obedecen a criterios igualmente populacheros. La respuesta es más simple: con dinero. Muuuucho dinero. Cantidades enormes de dinero. A menos que, como hace un año, el tal Joaquín Sabina (chale...), se presenten sin cobrar un centavo del erario público. Cosa que esta vez (perdonen mi escepticismo) dudo mucho.
Suelo considerarme de izquierda. O al menos eso creo. No sé. Pero cuando veo el tipo de políticas culturales efectistas y efímeras que aplican los regímenes del partido de centro-izquierda con más poder a nivel nacional (léase el PRD, que gobierna en Zacatecas) están completamente enfocadas a ser fuegos de artificio, bluffs que cuando mucho atraerán a un tipo muy específico de turismo: chairo, chelero y desmadroso, como el del Festival Cervantino, y no (perdonen una vez más mi fervor panfletario) destinadas a empoderar de veras a los creadores locales dedicados bien que mal al arte, es entonces cuando pienso que las cosas no andan tan bien.
Zacatecas es la entidad federativa que ocupa el puesto número 27 en nivel de educación básica, por encima apenas de Chiapas, Guerrero o Oaxaca, y el último en comprensión de lectura y matemáticas. Es también una de las entidades más pobres del país: entre el 60% y 80% del campo está desahuciado y el estado se mantiene principalmente de remesas de sus migrantes a EEUU. Pero como no tenemos indígenas (es el estado más mestizo de México después de Aguascalientes y no conserva grupos étnicos originales) no somos dignos de conmiseración ni de apoyos federales (como los que recibe Chiapas para lavar conciencias criollas y mestizas). La poca gente que prentede dedicarse a realizar arte de cierto nivel en Zacatecas, y en general las y los jóvenes, tienden (tendemos) a emigrar a otras localidades porque el estado y el supuesto gobierno de izquierda desde hace dos sexenios no ofrece oportunidad alguna para el desarrollo de talentos (salvo talentos tempranos de bracero), por no hablar de un nivel de vida digno (de haberme quedado un año más viviendo y escribiendo en Zacatecas, hubiera muerto literalmente o bien de inanición o de frustración). Allí es cuando me resultan doblemente paradójicas las cosas con esta izquierda mexicana. Quizá no sea así, quizá me equivoque, como siempre, y alguien entendido en estos temas vendrá a decir me lo imbécil que soy en un comment. Karl Kraus acuñó el lema de la izquierda socialdemócrata: “Saber es poder”. La izquierda de nuestros días en México parecería querernos decir: “Al pueblo pan y circo”. (Aquí es cuando el autor se disculpa por lo sobado de las frases.)
Pero... ¿un concierto de Bob Dylan y The Doors en Zacatecas? ¡Ja! Ok, yo mismo voy a estar encantado de escucharlos desde la azotea de mi casa, pero eso no me quitará ni lo miserable ni lo ignorante que me volvió mi estado (cuando entré a la preparatoria era incapaz de comprender el contenido de un libro luego de leerlo entero). Como allí no hay trabajo ni oportunidades de desarrollo para mí ni como persona ni mucho menos como escritor, al día siguiente de escuchar a Krieger y compañía tocando Riders on the storm, volveré a Oaxaca a seguir trabajando, haciendo y escribiendo libros.
Soy curioso. Me pregunto cuántas becas para jóvenes creadores en potencia, cuántas bibliotecas de arte como la de Francisco Toledo en el IAGO, cuántos centros y talleres artísticos de primer nivel como el de San Agustín Etla en Oaxaca, pudieron crearse y mantenerse con las decenas y decenas de miles de dólares que costó pagarle a Bob Dylan, The Doors, Eddie Palmieri, Gloria Gaynor, Miranda y Moderatto, entre muchos otros shows pop de ese tipo. La respuesta correcta es: UN CHINGO. Pero, ¡bah!, eso no se ve tan cool como Manzarek pegándole al teclado en los noticiarios con horario AAA ni en las secciones de cultura de los diarios de circulación nacional.
También me pregunto qué seguirá. ¿Una pista de hielo en la Plaza de Armas o una playa en el centro de Zacatecas? Por lo pronto aprovecharé mi visita a Zacatecas para (maldita curiosidad, no me deja dormir) solicitar al IFAI una relación con los costos del chistecito y publicarlo en este blog para ustedes. Ya les mantendré informados. O no.