: literatura zacatecana,
fil del palacio de minería 2008
Ésta es la carta que hizo pública la gobernadora del estado de Zacatecas, Amalia García Medina, del PRD, con motivo de la XXIX Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, dedicada, en efecto, a Zacatecas y a su literatura contemporánea (¿cuál?). Con dinero de los contribuyentes zacatecanos seguramente pagamos un camión y unas tortas para trepar a las más insignes promesas de la literatura zacatecana actual hasta el centro mismo del universo: el DF. No se rían. Es en serio. Aunque de eso nos ganamos la vida, por fortuna ni a mí ni a mis amigos nos consideran "editores" ni "escritores", sea lo que sea que signifique eso. Ah, tampoco nos consideran zacatecanos, por lo que veo y para alivio nuestro. Por eso no fuimos considerados entre las "nuevas generaciones de escritores zacatecanos" que desfilaron en el Palacio de Minería hace unos días. ¡Fiu... por fortuna! Aquí les dejo la carta para que se rían a gusto un rato.
"A los 120 años del nacimiento de Ramón López Velarde, uno de los poetas más universales de la literatura mexicana moderna, Zacatecas es invitado como huésped distinguido al bello recinto del Palacio de Minería, que albergará dentro de su recia arquitectura el catálogo de las producciones editoriales más recientes fraguadas en la capital del Centro de la República Mexicana.
Coincide pues, el onomástico del célebre jerezano con la emisión XXIX de la ya emblemática Feria Internacional del Libro, convocada anualmente por la Universidad Nacional Autónoma de México a través de su Facultad de Ingeniería.
Para el Estado de Zacatecas el libro ha representado una obligación, una manera de gestión y de pensamiento, tanto para los creadores como para las instituciones que han propiciado a lo largo de varios años su permanencia y sus mecanismos para difundirlo. No sólo como detentador del quehacer literario, el libro en Zacatecas ha preservado manifestaciones arquitectónicas, filosóficas, históricas, pictóricas y científicas, dotándolas de trascendencia y continuidad.
En la capital del Estado se cuenta con una considerable factura de textos multidisciplinarios, y en los municipios aledaños la efervescencia por escribir y publicar lo escrito salva en más de un caso los afanes inmediatos de sacar a la luz documentos únicamente informativos; así lo demuestran varios autores que han destacado a nivel nacional y que provienen de la periferia zacatecana, con lo que se sigue la tradición de escritura descentralizada de la que ya se tenía avisos claros desde las brillantes invenciones de Ramón López Velarde, Luis G. Ledesma y Mauricio Magdaleno, así como de Ámparo Dávila y Severino Salazar.
Zacatecas, abandonada casi por la mitad de su población en aras de cristalizar el sueño americano, encarnado ya en la idiosincrasia de la mayoría de sus habitantes, sufre paradójicamente un rezago de analfabetismo y al mismo tiempo un despunte en cuanto al surgimiento de nuevos escritores cuyos estilos y propuestas comportan un panorama de interesante diversidad. De la mano de revistas y suplementos, de talleres de creación y de encuentros y diplomados, así como de la creciente calidad lograda por la Unidad Académica de Letras de la Universidad Autónoma de Zacatecas, el libro es rescatado de la amenaza constante de ver mermada su longevidad a causa de contingencias que le son ajenas y que afectan la sensibilidad de los sectores sociales altamente vulnerables. Tanto los jóvenes como quienes les preceden en la intensa preocupación generada por el libro se han encargado de avivar sus ecos y sus herencias.
Gracias al trabajo del Instituto Zacatecano de Cultura “Ramón López Velarde”, y a los Institutos municipales que se allegan a éste o que por mérito propio lo procuran, el libro sigue siendo un referente de identidad, un sustento irreemplazable, un fruto que no sin dificultad, y casi con el mismo dejo de estoicismo con que brotan los productos agrícolas en el semidesierto, nace para renovarse y sobrevivir: para seguirse cultivando.
En Zacatecas el libro es pues, cosecha entre tintes y sabores típicos, y abundante bajo el inclemente sol lopezvelardeano.
De todas estas aclimataciones podrá tenerse un registro fiel durante la celebración al libro efectuada por el Palacio de Minería y su esplendorosa Feria, que del 21 de febrero al 2 de marzo de 2008 alojará lo mejor de cuanto se escribe y cuanto se imprime desde Zacatecas para el resto del país y el continente.
Para los 120 años de edad de Ramón López Velarde ningún otro evento podría haber devenido en una coincidencia tan grata y memorable."
Amalia D. García Medina
GOBERNADORA DEL ESTADO DE ZACATECAS