: el futuro no es nuestro





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Y hablando de antologías de narradores setenteros --para los adoradores más exquisitos del canon que se escandalizarán o para los entusiastas kamikazes que andan buscando voces nuevas--, aquí les dejo ésta, la más ambiciosa que ha aparecido en América Latina dentro de nuestra "generación" hasta la fecha, la que Diego Trelles Paz (Lima, 1977) acaba de lanzar. Antología de narrativa joven latinoamericana El futuro no es nuestro. Aquí va el link para que le echen un vistazo.

Y acá un fragmento de su prólogo:



"La determinación del rango de edad, que en esta antología incluye a escritores éditos nacidos entre 1970 y 1980, se basó en dos premisas que intentaré explicar a lo largo de este prólogo. La primera es la posibilidad de diferenciar a esta promoción de autores de aquella reunida en las antologías McOndo (1996), Líneas aéreas (1997), y Se habla español (2000) y cuyos testimonios, leídos en las jornadas literarias de Sevilla, aparecieron en el libro Palabra de América (2003): un conjunto estupendo de escritores latinoamericanos que nace en su mayoría en la década del sesenta y que, definitivamente, eran jóvenes cuando estas compilaciones salieron a la luz.

La segunda premisa está asociada al título de este volumen, denominación de la cual soy único responsable y que, al igual que el contenido de este texto inicial, no representa necesariamente la opinión de los autores seleccionados. El futuro no es nuestro surge, en primer lugar, como respuesta a una serie de malentendidos asociados con la idea demagógica, pregonada y repetida cual eslogan hasta el hartazgo, de que el futuro les pertenece a los más jóvenes. Aquella cantata mal disfrazada de sincera esperanza, suele encubrir y aspira a justificar un presente desolador: catastrófico en términos de equidad y justicia social, siniestro en materia de respeto a los derechos humanos, apocalíptico para la salud ecológica del planeta, cínico con los menos favorecidos por el fundamentalismo neoliberal del mercado.

En una segunda acepción, El futuro no es nuestro se plantea como una respuesta anticipada a la pregunta sobre el porvenir literario que se convierte en asunto insoslayable llegado el momento de los recuentos y los relevos. En la breve e intensa historia de las antologías generacionales en Latinoamérica, la interrogante sobre el futuro ha prevalecido como columna vertebral del género. La inquietud sobre la trascendencia o perduración autoral estaba ya presente en Novísimos narradores en Marcha (1981), selección precursora de Ángel Rama, y, de la misma forma, la postulación de un porvenir anticipado desde el presente y su posterior descubrimiento en las nuevas sensibilidades de fin de milenio, son la base de los dos proyectos antológicos de Julio Ortega: El muro y la intemperie. El nuevo cuento latinoamericano (1989), y Antología del cuento latinoamericano del siglo XXI: Las horas y las hordas (1997), respectivamente."