Felipe Calderón y sus hijos durante desfile militar.
México, por su parte, es el líder en pobreza y desigualdad de los países miembros de la OCDE, según el último informe de esta organización. El informe arroja que el 22.2% de los niños y niñas mexicanos viven en pobreza alimentaria. Además, los crecientes índices de pobreza en el país indican que de los seis millones de habitantes que en los últimos dos años se sumaron a la pobreza extrema, 60 por ciento son menores de nueve años y madres solteras. Y según el Consejo Nacional de Población en su último informe sobre índices de marginación, son los niños de entre cinco y nueve años —donde los índices de desnutrición rebasan 60 por ciento y la pobreza cubre 36 por ciento del total de población— y las personas mayores de 65 años, quienes resienten más los estragos de la pobreza patrimonial y alimentaria, la cual engloba a 53 por ciento de la población mexicana. Los niveles de pobreza entre edades menos vulnerables, por ser más productivas, descienden hasta 15.7 por ciento. Sin embargo, a partir de los 35 años y hasta la vejez se registra una merma gradual, pero consistente, en los ingresos.
Según la UNICEF en su más reciente informe, México mantiene la tasa más alta de pobreza y desnutrición infantil entre las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) y ocupa también el primer lugar en violencia física, abuso sexual y homicidios de menores de 12 años por parte, principalmente, de sus padres y familiares más cercanos. La pobreza infantil en México ha crecido a una tasa de tres por ciento anual, dejando secuelas en crecimiento, psicomotricidad y habilidades de aprendizaje entre miles de menores por su deficiente nutrición, lo que en la edad adulta podrá manifestarse en enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes y ceguera.
Mientras que los hijos de Felipe Calderón juegan a los soldaditos con su papi y reciben alimentación y educación de primer nivel, los otros tantos millones de niños mexicanos podrían preguntar con toda justicia como con respecto a las hijas de Obama: "Si los hijos de Felipe Calderón comen bien, ¿por qué yo no?"