: si los hijos de calderón comen sano...
¿por qué el 22.2% de los niños mexicanos no?





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Un controvertido anuncio que reclama comidas más sanas en los comedores escolares y que presenta a las hijas del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, como ejemplo de quienes sí comen bien podría irritar a la Casa Blanca, según expertos. "Si las hijas de Obama comen sano en el colegio, ¿por qué yo no?", se pregunta una niña en los carteles publicitarios colocados desde esta semana en el metro de Washington.

De momento, la Casa Blanca no ha hecho comentario alguno al respecto. El anuncio no pasó desapercibido para el diario Político.com, que ha profundizado en quién está detrás de los mismos.

La niña que pone cara al anuncio se llama Jasmine Messiah, tiene 8 años, vive en Florida y va a un colegio público. La campaña publicitaria está pagada por el grupo sin fines de lucro Comité de Médicos por una Medicina Responsable, que patrocina un proyecto de ley en el Congreso para que haya más frutas, verduras y opciones vegetarianas o con bajo contenido de grasas en los almuerzos que ofrecen las escuelas públicas.

Las niñas de Obama asisten a un colegio privado y exclusivo de Washington, el mismo al que fue Chelsea, la hija de Bill y Hillary Clinton.



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Felipe Calderón y sus hijos durante desfile militar.


México, por su parte, es el líder en pobreza y desigualdad de los países miembros de la OCDE, según el último informe de esta organización. El informe arroja que el 22.2% de los niños y niñas mexicanos viven en pobreza alimentaria. Además, los crecientes índices de pobreza en el país indican que de los seis millones de habitantes que en los últimos dos años se sumaron a la pobreza extrema, 60 por ciento son menores de nueve años y madres solteras. Y según el Consejo Nacional de Población en su último informe sobre índices de marginación, son los niños de entre cinco y nueve años —donde los índices de desnutrición rebasan 60 por ciento y la pobreza cubre 36 por ciento del total de población— y las personas mayores de 65 años, quienes resienten más los estragos de la pobreza patrimonial y alimentaria, la cual engloba a 53 por ciento de la población mexicana. Los niveles de pobreza entre edades menos vulnerables, por ser más productivas, descienden hasta 15.7 por ciento. Sin embargo, a partir de los 35 años y hasta la vejez se registra una merma gradual, pero consistente, en los ingresos.

Según la UNICEF en su más reciente informe, México mantiene la tasa más alta de pobreza y desnutrición infantil entre las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) y ocupa también el primer lugar en violencia física, abuso sexual y homicidios de menores de 12 años por parte, principalmente, de sus padres y familiares más cercanos. La pobreza infantil en México ha crecido a una tasa de tres por ciento anual, dejando secuelas en crecimiento, psicomotricidad y habilidades de aprendizaje entre miles de menores por su deficiente nutrición, lo que en la edad adulta podrá manifestarse en enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes y ceguera.

Mientras que los hijos de Felipe Calderón juegan a los soldaditos con su papi y reciben alimentación y educación de primer nivel, los otros tantos millones de niños mexicanos podrían preguntar con toda justicia como con respecto a las hijas de Obama: "Si los hijos de Felipe Calderón comen bien, ¿por qué yo no?"



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