Ayotzinapa 5 años: Carta abierta a los 43 compas desaparecidos, a los caídos y a los heridos


Queridos compas. 

Quizá no lo sepan, pero van a cumplirse cinco años desde que no sabemos de ustedes. Somos muchas y muchos los que hemos salido a tomar las calles gritando sus nombres por todo el país y el extranjero. Y, les parecerá raro, pero somos muchos y muchas también quienes hasta la fecha acompañamos a sus madres, a sus padres, a sus tíos y tías, hermanos y hermanas, a sus hijos, en su búsqueda y en su lucha por verdad y justicia. Nos hemos vuelto amigos, hermanos, sobrinos postizos o compadres de sus familias en todo el país. Les decimos tíos. Les decimos tías. Por extensión, los consideramos a ustedes también nuestra familia. Esperamos, de corazón, que cuando vuelvan a casa el vínculo sea mutuo. Aquí estaremos esperándolos. Aquí estaremos buscándolos. 

Hoy quiero contarles algunos recuerdos sobre el amor, la tenacidad, la dignidad y la lucha que han entregado sus familiares y de los que hemos sido testigos a lo largo de estos cinco años. 

PD.: les adjunto también algunas de las muchas fotos que les he tomado a sus familias durante estos 5 años.



Abel García Hernández:
Con tu hermano Óscar hemos recorrido Guerrero buscándote. Oscarito te extraña. Eres su ejemplo y su mejor amigo. Siempre recuerda el día en que, cuando eran niños, intentaron montar un burro cerca de la casa y el animal se desbocó y ambos cayeron al suelo. PD: escribí un libro sobre ti y tus compañeros. No te sorprendas cuando Oscarito te enseñe la portada con tu cara. Hubiera deseado pedirte permiso, pero estabas lejos. Sé que me perdonarás.






Adán Abraján de la Cruz:
Adán. No sé dónde estás, pero te considero mi amigo. Tu familia me abre siempre las puertas de tu casa. Tu hijo Ángel ya es un adolescente y de mis mejores amigos en Ayotzi. Cuando cumplió ocho años le regalamos una piñata en forma de zapatista que nos pidió (bueno, en realidad era un Woody de Toy Storyarreglado para la fiesta, pero no se lo digas). Hace dos semanas que estuve en tu casa encontré la piñata. Ángel no la ha querido romper hasta que vuelvas. Los zapatistas ya conocen la historia de la piñata. Tu padre Abe me contó la historia que tú ya conoces. Me recuerda mucho a la época difícil en que tuve con el mío. No lo dudes, Adán. Tu padre te ama. Gracias por prestarme unos años a tu familia. Los queremos mucho.



Alexander Mora Venancio:
Chande. Me dijo tu papá Cheque que la historia de terror que te contaba cuando eras niño para que no salieras tan noche a la calle en el Pericón no existe. PD: Apango ha cuidado tus tenis Pirma edición de la Selección Nacional 2014 y todas tus pertenencias. Búscalo. PD.: también te escribió una carta por tu cumpleaños: me pidió que le tomara esta foto con tu carta para que la leas donde quiera que estés.



Benjamín Ascencio Bautista:
Cristi me ha contado mucho en náhuatl lo que platicaban juntos. Ese amor es imposible de traducir. Tu madre es una mujer ejemplar que ha hecho todo por volver a verte y por construir justicia.




Bernardo Flores Alcaraz:
Nando, tu mamá, la maestra Isabel, me contó muchas cosas de ti. Nos pasamos horas hablando en la cancha techada mientras te esperamos todos estos meses. Muchos luchamos para que la versión del gobierno que trataba de incriminarte fuera desmentida, o al menos para que la memoria que construimos en colectividad así dejara constancia. PD.: te comparto la ilustración que te hizo mi amiga Jan Nimmo y que suele llevar tu padre en las marchas por ti y tus compañeros.



César Manuel González Hernández:
Flaco, tu padre y tu madre son dos guerreros. Hoy por la mañana estuve con Mario. Nos hemos hecho buenos amigos (entra a mi Facebook para que veas nuestra foto de perfil). Hilda fue hasta Estados Unidos intentando tener una audiencia con el Papa. Quiere justicia para ti y tus compañeros por todos los medios. Por favor lee lo que escribí sobre ti. Tu papá tiene el manuscrito original. Espero que no tomes a mal que haya iniciado con tu historia. Hazme caso, Panotla: olvida la discusión que tuviste con Mario. Tus padres te aman. PD.: te adjunto una foto de tu madre el día que fuimos a visitar a Francisco Toledo y los papalotes con tu rostro y el de tus compañeros.



Christian Alfonso Rodríguez Telumbre:
No te preocupes por tus botines blancos con los que bailas. Tus amigos los guardan en el taller de danza, están intactos. Ah, y tienes una tía maravillosa. Mayra es de mis mejores amigas. Nadie nos gana en Ayotzi al basquetbol. Y nadie como ella ha peleado tanto por encontrarte. Tampoco tus padres y tus hermanas.


Christian Tomás Colón Garnica:
Christian, también vivo en Oaxaca como tú. Cuando desapareciste todos en Oaxaca salimos a las calles a marchar por ti. El maestro Francisco Toledo te envió conmigo un papalote con tu cara impresa. Lo dejé en tu butaca. Búscalo. La mala noticia es que el maestro Toledo ya tampoco está con nosotros. Pero luchó mucho por todos ustedes y hubiera estado muy feliz de verlos volver con bien. También a él lo vamos a extrañar.




Doriam González Parral:
Kínder, tu mamá tiene el alma destruida. Tu paisano Güicho de Txalpatlahua es mi amigo. Es un gran tipo. Un sobreviviente. Hizo todo por cuidarte durante la actividad del 26 de septiembre. Te lo digo de verdad. Amolonga echa mucho de menos las tardes en que se iban de pinta de módulos de producción para ir a comer guayabas en el arroyo de atrás de las melgas.



Emiliano Alen Gaspar de la Cruz:
El corazón de tu padre es el más grande. Es grande y sensible. Hemos llorado todos juntos alguna vez. El corazón de tu padre se rompió, literalmente, cuando te llevaron a la fuerza. Cuídalo mucho cuando vuelvas. No soportaría una recaída. Lo necesita.



Everardo Rodríguez Bello:
Espero que donde quiera que andes no hayas padecido de algún episodio de sonambulismo, como el día que te levantaste de madrugada a correr en la cancha techada de la normal. (No me preguntes cómo nos enterramos.) Kalimba, tu madre es un gran ejemplo para nosotros. Desgraciadamente el dolor por tu ausencia fue demasiado. Recordamos todos con cariño a la tía Minerva Bello. Me recordaba mucho a mi madre.



Felipe Arnulfo Rosas:
Tu hermana Librada está inconsolable. Eres su mejor amigo. Regresa ya, Felipe. Tu papá Damián nos invitó un día a tu casa. Le llevamos varias fotos impresas que les que hemos tomado desde que no estás y las pusieron una en tu butaca. Tu papá ya habla bastante más fluido el español, pero nos entendemos muy bien por nuestro Kau que nos traduce el ñu sabii. Te pido perdón por no esforzarme más en aprenderlo. Tu padre se merece que le hablen en su lengua. Tu padre te ha buscado como no tienes idea. Es de la personas más nobles y guerreras que he conocido.


Jorge Álvarez Nava:
Jorge, debiste haber traído tu guitarra Yamaha a Ayotzi. Se quedó muy sola en la casa. Todos me presumen lo bien que tocas. Tu madre Blanquita fue de mis primeras amigas en Ayotzinapa desde hace cinco años que se reunieron con el resto de las familias en un campamento en la cancha. Dale las gracias por esa ayuda extra que me dio. Jamás se me va a olvidar. Y, cuando lo hagas, ella sabrá por qué.


Jorge Aníbal Cruz Mendoza:
Chivo, dejé un libro para ti sobre caballos. Pero no le digas a tu mamá Carmelita porque ya sabes cómo se enoja cuando montas a escondidas. Güicho te extraña mucho. También a ti quiso cuidarte en ese autobús donde iban juntos. Hizo todo por protegerlos. Dice también que sin rencores por aquella muchacha de la que ya sabes. Y lo dice de corazón. Te considera su hermano y estuvo a punto de dar la vida por ti la noche del 26 de septiembre.



Jorge Antonio Tizapa Legideño:
Tu madre fue de las madres que salió a buscarte a Iguala en cuanto supieron que andabas desaparecido. Ha estado como todas al pie del cañón. Algunas veces la acompañábamos en la cancha de la normal mientras ella hacía flores. Conocí a tu padre también. Tomamos el consulado de Nueva York en abril en protesta porque te desaparecieron los malos gobiernos. Él se ha organizado allá en Estados Unidos para correr maratones con un equipo por ti y tus compañeros desaparecidos. Hasta corrió para alcanzar el coche de López Obrador y decirle algunas cuantas verdades.



Jorge Luis González Parral:
Güicho promete que irán a cazar armadillos cuando vuelvas. Tu madre me dio la receta y me prometió que iríamos a comer con tu hermano Doriam cuando ambos vuelvan. El dolor para tu madre es doble. Dos hijos desaparecidos. Así que apúrate, Charras. 





José Ángel Campos Cantor
Tripa, merecería escribirte una carta a parte. Tu padre, don Venado se ha vuelto casi nuestro padre en Ayotzi. Cenamos casi todos los días en el puesto de tu hermana Ana en el Fortín. Tratamos de que tu hija América esté siempre contenta. Jugamos Basta, pero es muy buena y casi siempre ella gana. Gaby tiene la misma edad que tienes tú de estar lejos. Pero te reconoce muy bien en las fotos. Deberías ver cómo ha crecido desde que la viste por última vez con dos semanas de edad. En Tixtla todos dicen que eres el mejor futbolista de la región. Dile a tu papá, a nuestro Papá Venado, que se cuide, que no sea necio. Le preocupa mucho tu estado, pero él ha descuidado el suyo. Aquí lo cuidamos mientras por ti.


José Ángel Navarrete González
Pepe, tu padre es un luchador. Lamenta haber tenido que migrar a Estados Unidos y no poder compartir tanto tiempo contigo como él hubiera querido cuando eras niño. Pero créeme que lo hizo para darte a ti y a tu familia una mejor vida. Tu padre un día se puso de pie, alzó la voz y le exigió a Enrique Peña Nieto en su cara que te regresara con vida a ti y a tus compañeros. Y lo sigue haciendo con los otros padres y madres hasta el día de hoy.


José Eduardo Bartolo Tlatempa
Bobi, el grupo de b-boys está incompleto sin ti. Chessman y Haus extrañan bailar breakdance contigo en el cubi. De hecho, organizaron un encuentro nacional de hip-hop en Ayotzi para encontrarte. Nos enteramos de tus power moves, pero sobre todo de tu top-rock. Ah, y esto último no lo vas a creer: tu b-boy favorito vino a Ayotzinapa a bailar por ti. Sí, ya sabes de quién hablo. Tu madre se levantó de la cama a pesar de su grave enfermedad para salir a buscarte el día que el Datsun del sonido de Tixtla anunció que el narco-gobierno te había desaparecido. Desde ese día tu madre duerme con las puertas abiertas por si tú vuelves.




Jhosivani Guerrero de la Cruz:
Jhosi. No me conoces, pero tengo el honor de que tu familia me llame “compadre”. Yocelin te extraña mucho. Soy ahora su padrino. Yoce y yo cumplimos años el mismo día. 19 de septiembre. El otro día vino a visitarnos tu hermano Iván y sentí que eras tú el que había pasado el día con nosotros en Omeapa. Son idénticos. PD: dejaste tu cartera y el celular el 26 de septiembre luego de recolectar envases de Pet con el Relax y Jorge. ¿Te llevaste los lentes o te sigue dando pena usarlos? Tu mamá Martina se angustia por eso. PD2: tu papá Margarito me va a enseñar a usar la honda, Pedro te espera para que vayamos a buscar venados y Coque, Yohana para ir a jugar básquetbol.


Luis Ángel Francisco Arzola:
Un día me quedé a trabajar en el taller de artes plásticas de Ayotzi y encontré algo tuyo. Pregúntale a tu hermana Janeth. Es el cuadro que no terminaste de pintar por irte corriendo a la actividad del 26 de septiembre. Se lo di a ella y desde entonces lo atesora. Janeth tiene el corazón roto desde que no estás. Pero es una mujer muy fuerte que no ha dejado la lucha al lado de tus padres. Siéntete orgulloso.


Miguel Ángel Hernández Martínez:
Migue, te irás enterando poco a poco de que el gobierno trató de relacionarte a ti y a Bernardo con el crimen organizado. Ignóralos. No les hagas caso. Muchos y muchas escribimos la historia que nos contó tu madre para desmentirlos. La historia de tu pierna mala. Una comisión de expertos del GIEI ha limpiado tu nombre. Eres un guerrero después de lo que te pasó. No tienes que demostrar nada. Tienes todo mi respeto. Considérame tu amigo.


Miguel Ángel Mendoza Zacarías:
Los niños extrañan en la peluquería. Con nadie como contigo se sienten con tanta confianza para dejarse cortar el pelo. Tus padres mantienen la peluquería tal como la dejaste. Tus padres te han buscado hasta en una caravana por Estados Unidos. Están moviendo mar y tierra como todos los demás para hallarte.




Julio César Ramírez Nava:
Fierro, tu mamá Bertha no deja de pedir justicia por tu muerte. Siéntete muy orgulloso de ella. Bertha ha perdido un hijo pero ha ganado una familia enorme por todo el país.


Daniel Solís Gallardo:
Chino, tu primo Coyuco me dice que Ayotzi no es lo mismo sin ti. El dormitorio quedó vacío. Sólo Apango anda por ahí y lamenta que no hayas podido ir a su pueblo después del día 26 como habían acordado. Apango guarda tu último mensaje en el celular. Dice que sí, que él también te considera su hermano.



Julio César Mondragón Fontes
Tu esposa Marissa y tu hija Melisa te aman. Aunque el aparato burocrático haya especulado con el terrible dolor de tu despedida, Marissa y tu familia se han mantenido en pie y ha enfrentado con valor y dignidad todos estos años. Te recuerda siempre por la última carta de amor que le escribiste:
Cuando coincidimos, cuando nos vimos, cuando sonreímos, cuando nos conocimos, cuando hablamos, cuando nos saludamos, cuando salimos, cuando compartimos, cuando lo sentimos, cuando nos unimos. 
Pase lo que pase aprieta el paso y no agaches la mirada para que tus esperanzas nunca se caigan.
Cuando te besé, cuando me besaste, cuando te amé, cuando me amaste.
Nunca me olvides, no olvides que te amo con toda mi humildad. Me voy y no sé si regrese. Tengo mucho miedo por mis sueños, pero quiero que sepas que a donde yo vaya, tú y la bebé también irán.