Literatura y Discriminación

Ninett Torres es una escritora oaxaqueña de 22 años. Ninett concursó en la más reciente convocatoria por una de las becas del Centro Mexicano de Escritores (prestigiosas por la cantidad de figuras de las letras nacionales que las han poseído, incluyendo a Juan Rulfo). El proyecto literario de Ninett fue uno de los elegidos este ciclo por los dos asesores de dicho centro: Alí Chumacero y Carlos Montemayor. Los criterios de selección fueron la trayectoria de la escritora, sus aptitudes y la calidad de su proyecto. Hasta ahí todo bien.

Sin embargo, a Ninett Torres le fue arrebatado un derecho que ganó con su talento, esto con base en parámetros que nada tienen qué ver con la literatura. A la escritora Ninett Torres le quitaron la beca por estar embarazada. La decisión la tomó el personal administrativo del CME, representado por Martha Domínguez Cuevas. Pero además fue respaldada (al menos en las declaraciones a la prensa) por el propio Montemayor. ¡Increíble!

No importan los eufemismos que quieran endilgarle. La verdad es que nos encontramos frente a un caso indignante de DISCRIMINACIÓN. Discriminación a una escritora por el simple hecho de ser mujer. Discriminación de género. Esta discriminación, no por estar arraigada en las construcciones culturales del patriarcado dominante en el que vivimos resulta menos ignominiosa y reprobable que cualquier otro tipo de segregación, como la racial, la sexual, la religiosa o la de clase (las cuales sí son abierta --pero hipócritamente-- condenadas en nuestro país).

Hoy es contra una mujer por su gravidez. ¿Qué sigue? ¿Tampoco habrá becas para escritores/as musulmanes por considerar que no podrían dedicarse a sus proyectos literarios durante el mes del Ramadán, por ejemplo? ¡Bah! ¡Qué niveles de ignorancia, intolerancia e insensibilidad!

Me sorprende que estas cosas continúen ocurriendo en nuestro país. Pero sobre todo me sorprende que algunas personas de este medio tengan criterios tan estrechos y que no estén sensibilizadas con una perspectiva de género. La institucionalización de esta perspectiva a todos los niveles resulta urgente para lograr un cambio de fondo en un país donde, todos los días, el cincuenta por ciento de su población (las mujeres) sufre éste y otro tipo de injusticias.