: auster, príncipe de asturias
Justo acabo de cerrar las páginas de The Brooklyn follies con todo y su derrumbe de las Torres Gemelas en la última línea, al tiempo que está haciéndose pública la noticia de que Paul Auster (EEUU, 1947) ha sido galardonado en Oviedo con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2006, imponiéndose por muy poco en las votaciones al mismísimo maestro de maestros Philip Roth (siendo curiosamente ambos oriundos de Newark).
Ayer comentaba con Rokyi el hecho de que The Brooklyn follies era la primera novela en que Auster se atrevía a abordar de manera explícita y frontal sus ideas políticas (recordemos por ejemplo que en Moon Palace el narrador esquiva abiertamente el tema del ‘68), despotricando sin piedad contra la derecha fanática representada por Bush, además de tomar también por primera ocasión la homosexualidad como uno de los temas de la novela (la escena en que el seropositivo Rufus hace playback “vestida” en el entierro de su amante, es entrañable, así como la relación amorosa de la hija del protagonista con otra mujer). Hoy por la tarde, comentaba con Pire qué clase de coche era en el que los protagonistas viajaban a Vermont hasta que les llenan el tanque con coca-colas, y si el Impala o el Galaxy serían los automóviles más indicados para emprender una road-novel.
Entre los veintiséis candidatos al Príncipe de Asturias, destacaron los nombres de los norteamericanos Harold Bloom, Philip Roth y Norman Mailer, el israelí Amos Oz, la canadiense Margaret Atwood, el albanés afincado en París Ismail Kadaré y el maestro catalán Juan Goytisolo. Los únicos mexicanos cuyos nombres sonaron apenas en esta nominación fueron los de José Emilio Pacheco y Elena Poniatowska, cuya obra (no necesitaría decirlo) está años luz de distancia de aquellos otros.
En su acta, dada a conocer hoy al mediodía, el jurado destaca que Auster ha sido premiado "por la renovación literaria que ha llevado a cabo al unir lo mejor de las tradiciones norteamericana y europea, innovar el relato cinematográfico e incorporar a la literatura algunas de sus aportaciones. Con su exploración de nuevos ámbitos de la realidad, Auster ha conseguido atraer a jóvenes lectores al dar un testimonio estéticamente muy valioso de los problemas individuales y colectivos de nuestro tiempo", concluye el acta del jurado, que fue leída por su presidente, Víctor García de la Concha.
Dice Pire que Paul Auster es Dios. Yo no lo sé. Sólo sé que nadie en este momento puede regodearse de igual forma al instante de narrar, ni contar historia tras historia con semejante talento.
Para festejarlo, aquí les dejo como regalito el audio con la lectura en propia voz de Auster de las primeras líneas de The Brooklyn follies.
¡Larga vida al maestro Paul Auster!