: el cuento más hermoso del mundo




Tengo un cuento favorito. Es un cuento que, aunque lo lea mil veces, no deja de causarme estupor y estremecimiento como ningún otro en toda la literatura universal. Es, a mi parecer, el cuento más hermoso del mundo. No es de Chéjov. Tampoco de Hemingway. Mucho menos de Carver. Ni siquiera una parábola del Antiguo Testamento o una fábula de Tsao Hsue-Kin. Pero, a su lado, las mini-ficciones de Monterroso son (de por sí) babas de perico y los más grandes relatos épicos de Borges suenan a chismes de vecindad mal contados. Para acabar pronto, el que a mi gusto es el cuento más hermoso del mundo es éste: "There was once a little girl who never knew love until a boy broke her HEART". ¿Qué tal? Por más que lo he leído y releído, jamás me canso y siempre termino extasiado en su perfecta contemplación. No será tanto por lo traslúcido de su prosa, ni siquiera por lo aparentemente trivial de la anécdota o su estructura tradicional que pone de relieve el marcado trasfondo existencialista. Lo que me conmociona sin descanso es la importancia de la superficie donde está inscrito. ¿Alguna duda?







Megan Fox, Rolling Stone, Japón, 2007 (dar sobre la imagen click para leer).