: intoxicación




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Alguna vez escribí una escena beatnik donde un tipo con síndrome de abstinencia se inyecta mayonesa en vez de heroína y se muere al instante. Como en Burroughs. Creo. Si pasa con la mayonesa, ¿por qué no con los frijoles? ¿Quién diría que los frijoles en lata pueden llegar a ser más tóxicos que cualquier droga legal o ilegal? O al menos ninguna sustancia me había puesto un malviaje tan macizo como el de hoy. Una intoxicación por haber comido frijoles en lata en mal estado.

Por razones de fuerza mayor, nuestros hábitos alimenticios han cambiado en últimas fechas. D y yo compramos varios enlatados para la despensa en la creencia de que estábamos ahorrando dinero. Pero no tardamos mucho en pagar semejante ingenuidad. Hoy, después de comer, empecé a sentir escozor en el antebrazo. Creyendo que era un piquete de mosquito, estuve rascándome durante un rato. Hasta que de pronto, cuando me quité la camisa, noté que tenía ambos antebrazos inflamados, enrojecidos y llenos de ronchas enormes como piquetes de abeja. El color se me había ido de la cara y de las manos y empecé a sudar sin saber por qué. Ni siquiera me había drogado. Al menos no que yo recordara.

Mientras escribo esto, estoy medicado y en mi casa. La doctora dice que pudo haber sido también una reacción alérgica a los conservadores. Esta hipótesis terminaría dándole la razón a los hippies, a los ambientalistas y demás personal chairo. Olvídense de la cocaína, de la heroína, del éxtasis, del crystal, de las anfetaminas. Una dosis de frijoles en lata puede ser mucho más nociva. Mientras tanto, para que surta efecto el medicamento, no podré tomar café, coca-cola, Red Bull, chocolate, ni nada que genere estamina hasta que desaparezca por completo la intoxicación. Es decir, deberé despedirme un tiempo de mis drogas favoritas.

Parece que así serán nuestros días durante un buen tiempo. Nuestra nueva vida consiste en ir estirando el presupuesto y experimentando con la sección más barata en las estanterías de alimentos mientras --sólo si tenemos suerte como hoy-- sobrevivimos en el intento.